Con los ojos más abiertos en busca de soluciones al despilfarro y alternativas al consumo de envases de un solo uso, ayer me encontré en una botella de refresco hecha de PET una buena noticia en la etiqueta del reverso. En consonancia eco-lógica con el contenido, que era una bebida biológica, el envase no es reciclable, sino RETORNABLE.
Pero ¿dónde? Pues en Alemania, la que nos lleva la delantera en muchas cosas, mientras aquí seguimos regodeándonos en la crisis. Lo que tiene doble gracia es que la comercializa una red de supermercados alemanes en territorio español y aquí este envase simplemente se va al reciclaje gratuito y sin retorno para el ciudadano. Porque en lugar de pensar que hacemos algo por el medio, debemos investigar si se puede hacer algo mucho más racional, que es reutilizar envases cuya calidad aguanta más de 20 y 30 usos hasta que por fin se vaya a convertir en granza.
Como no, los alemanes ya tienen un logo para indicar que algo no se 'tira' sino que se devuelve al circuito comercial sin destruirlo previamente. Solamente exige que seamos un poco cuidadosos con el envase, para que le llegue al siguiente consumidor en buenas condiciones.
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